CHISTES MÍTICOS

Había un señor tan tan tan tan tan tan pequeño que la cabeza le olía a pies.

Había un señor tan tan tan tan tan tan pequeño que convirtió en campana.

Había un señor tan tan tan tan tan tan pequeño que se sentó en una moneda y le colgaban los pies.

Había un señor tan tan tan tan tan tan alto que se comió un yogur y cuando le llegó al estómago ya estaba caducado.

Había una señora tan tan tan tan tan tan delgada que se comió el hueso de una aceituna y parecía que estaba embarazada.

Había un señor tan tan tan tan tan tan tonto que secaba gasolina con fuego.

Había un señor tan tan tan tan tan tan tonto que se compraba submarinos descapotables.